Hay una región francesa donde el Rugby ,dicen, es como una religión, tanto que si se traza una línea de Bordeaux a Marseille y otra a lo largo de las cumbre de los Pirineos desde el Atlántico al Mediterráneo, se encierra las antiguas provincias de Languedoc y Gascony y las partes vasca y catalana de Francia perfilando así los límites de una región a la que muchos llaman simplemente "L´Ovalie", la tierra de la pelota ovalada.
Enclavada en una colina, en los bosques de la Villa de Larriviere, en St. Savin, en el valle del Río Adour , se puede encontrar una pequeña capilla románica de piedra amarilla, con un techo a dos aguas de tejas rojas...A este lugar llegan a menudo los jugadores de rugby franceses y sus simpatizantes, porque la capilla alberga a "Nuestra Señora del Rugby".
La imagen de la Virgen , que muestra un niño ofreciéndole una pelota de rugby , puede verse al entrar a la capilla, que fuera dedicada a la Virgen del Rugby allá por 1967, por iniciativa del padre Michel Devert.
“Virgen María, tú que sostienes al Niño Jesús sobre tu regazo, ruega por el bendito juego de estos niños que crecen. Necesitamos que estés a nuestro lado para que logremos la victoria en el gran juego de la vida. Guíanos con tu ejemplo de coraje y espíritu de equipo en el partido ideal. Amén”, susurra Devert en dialecto gascón cada lunes desde 1960.
La capilla, de neto corte románico, pierde su austeridad en su decoración: en vitrinas de cristal sobre las paredes, hay cientos de camisetas de rugby de todos los colores (foto abajo), algunas con firmas y leyendas como "En la esperanza de que nuestro noble deporte continue forjando encuentros entre los hombres de este planeta ovalado". Muchas son de Francia, pero hay también de lugares tan distantes como Camerún, Haití y Argentina.
Un atractivo especial ofrecen las vidrieras de la capilla de Nuestra Señora del Rugby, diseñados por Pierre Lissecon un contenido temático netamente rugbiano.
En uno de ellos, la Virgen es la figura central, y a sus pies se desarrolla un scrum, en tanto un niño se adelanta a entregar a la Virgen la pelota de rugby. El segundo de los coloridos vitraux muestra a la Virgen con un jugador herido en sus brazos, invocando al Espíritu Santo para que lo proteja.En una tercera vidriera, María sostiene en brazos al niño Jesús, quien tiene en la mano una pelota de rugby. A sus pies, los jugadores saltan en un line out y al parecer Jesús actúa de hooker, lanzando claramente la pelota. En la última de las vidrieras (izquierda), se ve a la Virgen y al Niño recibiendo a jugadores de rugby que llegan a la capilla o, como han dejado escrito algunos jugadores infantiles -en el cuaderno que el padre Prevert ha dispuesto para anotar pensamientos y rezos sobre el altar-: "la Virgen y el niño participando de un Tercer Tiempo".
Para la consagración de la Capilla, el Padre Devert escribió una oración especial, que dice así:
PLEGARIA A NUESTRA SEÑORA DEL RUGBY
Virgen María
que enseñaste a tu Niño Jesús a jugar en tu regazo,
vela maternalmente sobre nuestros juegos de niños grandes.
Quédate al lado nuestro
cuando la pasión del juego nos toma por entero
y que hace falta, a pesar de todo,
conservar el dominio de sí mismo y mantener al juego toda su nobleza.
Quédate al lado nuestro
para sostener nuestras fuerzas
y nuestras voluntades tendidas hacia la victoria.
Pero también quédate con nosotros,
en el terrible scrum de la existencia,
para que salgamos vencedores del gran juego de la vida,
dando el ejemplo, como en la cancha,
de coraje,
de ganas, de espíritu de equipo,
en una palabra,
de un ideal a imagen del tuyo
AMEN
Presbítero Michel DEVERT
Junio 1967
